El toro como fuente de inspiración para las manifestaciones artísticas
La cultura del toro impregna gran parte de las obras más representativas del arte español. La majestuosidad y misterio del toro han servido como fuente de inspiración a muchos artistas y aparece reflejado en las manifestaciones de las culturas más antiguas de la humanidad envuelta en una compleja simbología como el origen de la vida, como signo de fertilidad…
Desde el Paleolítico se conservan representados en las Cuevas de Altamira los antiguos uros, antecesor del toro.
En la Antigüedad Clásica destacan las pinturas en el palacio de Cnosos en Creta, y por el Mediterráneo se extendieron las pinturas del Minotauro, los Toros de Gerión y los Trabajos de Hércules, que suponen el origen de la mitología taurina.
En el s. XVIII Francisco de Goya retrata los progresos de una Tauromaquia moderna. En el s. XIX los pintores Fortuny y Manet plasman la belleza del toro de lidia, al igual que Sorolla, Delacroix y Van Gogh.
En el s.XX son varios los artistas que se sirven del toro de lidia como inspiración para sus pinturas, destaca Pablo Picasso y su obra ‘Gernica’, también destacan otros autores como Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana. Incluso extranjeros como el británico Francis Bacon o el francés André Masson o el colombiano Botero.
De la escultura, se deben mencionar los bronces de Benlliure, o también Picasso y Botero.
Numerosas son las obras literarias que se basan en el toro de lidia o en acontecimientos taurinos para expresar su obra: Poetas como Rafael Alberti, Gerardo Diego, Manuel Machado, Federico García Lorca… utilizaban el toro como fuente de inspiración.
Autores como Vicente Aleixandre (‘Toro’, ‘El Misterio de la Muerte del Toro’), Rafael Duyos (‘El toro cinqueño’), Fernando Villalón, entre otros dejaron constancia de la importancia del toro en sus obras.