Foto: GCB Comunicación Digital.
Con motivo del 120 aniversario de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, el diario El Mundo, en su «Especial san Isidro», publica un artículo firmado por Carlos Domecq Martel, representante de los Jóvenes Ganaderos RUCTL.
«El campo bravo como resistencia y esperanza» viene a ser un reconocimiento a un legado histórico que, según indica Domecq, «ha atravesado generaciones, vinculado a la tierra, al respeto por los ritmos naturales y a una cultura que forma parte del alma de España». Desde la perspectiva de un joven ganadero, hijo de Santiago Domecq, siente que este aniversario «es también una llamada al futuro».
Él, como representantes de los Jóvenes Ganaderos RUCTL, siente la responsabilidad del puesto que ocupa, ya que es el portavoz del relevo generacional, preocupados como están, entre otras cosas, por «las políticas agrarias, pensadas desde despachos alejados del campo, no siempre comprenden nuestra realidad. La presión burocrática, la falta de apoyo específico y la amenaza constate de ser excluidos de ayudas esenciales», que sitúan a los ganaderos de bravo en una posición injusta.
A lo largo del texto, Domecq plasma el orgullo que siente por la labor medioambiental y cultural de la tauromaquia, dando máxima importancia a la riqueza genética que se posee en España gracias a quienes crían toros bravos. «Cada encaste guarda una historia, una manera de entender al toro, una forma de embestir, una tradición ganadera que hemos recibido como un tesoro».
En el alegato final, Carlos Domecq sentencia la esencia de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia: «En esta feria de san Isidro, cuando Madrid celebra la bravura, es también tiempo de recordar que sin campo no hay toro, y sin toro no hay cultura».