En su intervención, resalta el gran impacto económico de este sector en la Comunidad Autónoma de Castilla y León
El presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, Antonio Bañuelos, ha participado en la XXVI edición de las Jornadas Taurinas de Castilla y León que, desde el año 1998, organiza el gobierno autonómico con el objetivo de promocionar y difundir la Tauromaquia como patrimonio cultural de todos los ciudadanos de esa región.
Las primeras palabras del acto las ha pronunciado el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad, Gonzalo Santonja, quien ha dado la bienvenida a todos los participantes y se ha mostrado satisfecho por la acogida que, un año más, están teniendo estas jornadas, en las que se darán a conocer estudios, proyectos, informes y ponencias de la más estricta actualidad en Castilla y León.
Una vez más, el escenario escogido para el desarrollo de estos dos días de intenso trabajo (12 y 13 de marzo) ha sido la localidad de Ciudad Rodrigo (Salamanca), tan vinculada a la Fiesta Brava.
Bañuelos ha sido muy contundente en su ponencia. Bajo el título “El impacto socioeconómico de la tauromaquia”, ha ido desgranando la realidad del sector dentro de la Comunidad Autónoma de Castilla León, poniendo en valor las 168 ganaderías de bravo que existen en esa zona del territorio nacional, lo que viene a generar un censo de más de 31.088 cabezas de ganado, de las que el 54% de vacas reproductoras están inscritas en la institución que él preside.
Durante su ponencia, ha quedado patente que todos esos datos numéricos constituyen una riqueza inigualable en cuanto a superficie de pastos en lo que conocemos como dehesas que, entre España, Francia y Portugal, ocupan un espacio de casi 400.000 hectáreas. En palabras del presidente de la UCTL, “la ganadería brava ha contribuido, en unos casos, a generar y, en otros, mantener, un hábitat de incalculable valor ambiental y paisajístico. Un hábitat único en el mundo como es LA DEHESA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, dehesa que, en muchos casos, está incluida bajo figuras de protección ambiental como RED NATURA 2000 –regulada en base por la Directiva Habitats de la Unión Europea-, y reservorio de multitud de especies declaradas en riesgo o de especial protección, reglamentada a través de la DIRECTIVA AVES”.
Además, Bañuelos ha resaltado el patrimonio genético que supone el toro bravo, afirmando que es “el buque insignia de las razas autóctonas”, sin olvidar los casi 4.000 empleos directos que el sector del toro bravo genera gracias al trabajo en el campo, dentro de entornos rurales afectados por el mal de “la España vaciada”. Según sus palabras, y en base a estudios de gran solvencia, no es cifra baladí la de los 14.000 empleos indirectos que se mueve alrededor de esta gran labor, en la que los criadores de toros bravos van de la mano con los sectores agrícolas y ganaderos de nuestro país, como así se puede constatar en los trabajos de colaboración que la RUCTL lleva a cabo con entidades del campo como ASAJA Nacional, Real Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto, Alianza Rural y Real Rural Nacional, “con quienes compartimos problemas e inquietudes”, según palabras de Bañuelos.
Otras cuestiones que ha querido poner en valor son, por un lado, la de resaltar que uno de cada cinco festejos taurinos de España se produce en Castilla y León. Otro punto importantísimo es la riqueza que la carne de vacuno bravo tiene en cuanto a números, que asciende a los 200 millones de euros. Además, ha querido resaltar la doble vertiente de este tipo de ganado: que es apta para la lidia, pero también para la industria cárnica.