«Ni Catalunya tenía una responsabilidad con la civilización como se dijo ayer de manera muy grandilocuente desde la tribuna del Parlament, ni por el contrario la prohibición de las corridas de toros en el Principat –a partir del 2012– aprobada en la Cámara catalana es una afrenta a la unidad de España. Es todo mucho más sencillo. Estamos ante un innecesario acto de tensión, a partir de una cuestión bastante tangencial si consideramos cuáles son hoy los más acuciantes problemas ciudadanos«.
De nuevo Antich vuelve a dar una lección periodística huyendo del enfrentamiento absurdo. Es el periodismo de hoy, de siempre.