Al acto asistieron parte de la Junta Directiva de La Unión de Criadores de Toros Lidia, como el Presidente, don Eduardo Miura, la Secretaria General Técnica, doña Isabel Carpio, el Presidente de la zona de Mediodía, don Carlos Núñez, así como personalidades del mundo del toro como el torero Curro Romero.
La Consejera destacó el firme y decidido apoyo de la Junta de Andalucía a la Fiesta, y como no a potenciar el conocimiento de figuras tan importantes dentro del mundo taurino como lo fue Ignacio Sánchez Mejías.
Para su información, a continuación se publica la intervención de la consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía.
IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS.
MÁS ALLÁ DEL TOREO.
COLOQUIO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Jueves 18 de diciembre de 2008
(Saludos autoridades y personalidades…..
Señoras y señores….. queridos amigos y amigas…
Antes que nada, quiero agradecer al teniente hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Alfonso Guajardo-Fajardo, que haya acogido en esta casa una iniciativa que, bajo mi punto de vista, trasciende lo meramente taurino.
Se da cita esta tarde aquí, en lo que se considera ‘templo’ de la tauromaquia, personalidades del mundo del toro. Auténticas autoridades en la materia que van a desgranar, nada más y nada menos, que la figura de Ignacio Sánchez Mejías.
Un personaje mítico que el documental del director sevillano José Francisco Ortuño ha acercado al gran público en el Festival de Cine de Europeo de Sevilla, celebrado el pasado mes de noviembre.
‘Ignacio Sánchez Mejías. Más allá del toreo’ es el título de la obra cinematográfica que, como muy bien se dijo el día de su estreno, comienza a pagar una deuda que el mundo audiovisual tiene con el polifácetico personaje que tanta admiración despertó en cuantos tuvieron la suerte de conocerlo.
Largo y tendido se va hablar esta tarde de Ignacio Sánchez Mejías. Entendidas personalidades del mundo de la cultura, en general, van a realzar la influencia que este personaje tuvo en su tiempo; no sólo como torero, sino también como hombre culto que se movió por distintos e importantes escenarios de la vida, cultivando diversas facetas del mundo del arte y la cultura.
Pero no sólo el mundo de la cinematografía ha traído al primer plano de la actualidad a Ignacio Sánchez Mejías. La propia Universidad de Sevilla ha considerado la valiosa trayectoria de este hombre, a través del cual la tauromaquia, como se dijo en su día, entró por la puerta grande en la Hispalense.
La Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromquia es el fruto de la colaboración de la propia Universidad y la institución en la que nos encontramos, con el objetivo de impulsar el estudio, investigación y difusión de los fenómenos culturales relacionados con la tauromaquia desde una perspectivas multidisciplinar.
Mi felicitación, entre otras personas que han hecho posible esta Cátedra, al profesor Juan Carlos Gil González por su trabajo a favor de esta iniciativa.
Desde la Consejería de Gobernación consideramos que la fiesta de los toros es un símbolo de la identidad cultural y el patrimonio artístico de Andalucía, además de fuente de riqueza y de creación de empleo.
Más allá de gustos o legítimas opciones, la fiesta en Andalucía, por razones históricas, culturales y sociológicas, aun contemplando el aspecto económico, es mucho más que un espectáculo público y goza de un arraigo popular intenso.
Y clara muestra de cuanto digo está en la trayectoria del torero Ignacio Sánchez Mejías, leyenda del toreo, dramaturgo, promotor de la Generación del 27, cuya muerte dio origen a una de las obras más reconocidas de Federico García Lorca.
Como digo, a lo largo de esta tarde van a comentarse cientos de aspectos de la vida de este hombre que como dijo José Francisco Ortuño en la presentación del documental, pocos conocen en profundidad.
Sánchez Mejías torero, autor teatral, corredor de automóviles, presidente del Real Betis y de Cruz Roja, periodista taurino. Sánchez Mejías responsable directo de la primera reunión de la denominada Generación del 27…
Y Sánchez Mejías inspirador de una de las mejores elegías de la literatura universal…
Como bien se dice en el argumentario de la citada Cátedra de la Universidad de Sevilla, Ignacio Sánchez Mejías era sevillano y plural, convertido en representante paradigmático de una fiesta prolija, que enriquece con experiencias límites e irrepetibles, a los que libremente se someten a su poder cautivador.
Nació un 6 de junio de 1891 en Sevilla y murió un 13 de agosto de 1934 en Manzanares (Ciudad Real) por una cornada de un toro llamado ‘Granadino’ (). Ignacio Sánchez Mejías fue un hombre que vivió al límite y se convirtió en mito tras su muerte.
Ninguno de sus coetáneos tuvo una trayectoria tan rica en la España de los años veinte y treinta. Pocos eran los escenarios culturales vividos en Sevilla en los que Sánchez Mejías no estuviera presente, y pocas las artes que escaparían a su permanente curiosidad.
Para muchos, Sánchez Mejías, cansado de vivir y de ver mundo, reapareció en Manzanares para morir en las astas de un toro. No concebía otro tipo de muerte, y tuvo la que él quiso, como señala Domingo Delgado de la Cámara, en su obra ‘Revisión del toreo’.
Para otros, según relató el productor del documental presentado en el Festival Europeo de Sevilla, Olmo Figueredo, un mito inventado por García Lorca, quien, al escribir un poema sobre él, le salvó de la muerte terrenal y lo hizo inmortal.
Sea como fuere, la Figura de este torero excedió el ámbito taurino para ser uno de los grandes personajes del ámbito cultural de la España de anteguerra.
Un torero que contó en su cuadrilla con el mismísimo Rafael Alberti; vestido de luces, como no podía ser de otra manera, de naranja y negro. Fue sólo en una corrida, en la plaza de toros de Pontevedra. Alberti pasó tanto miedo, que toda la corrida estuvo escondido sin salir al ruedo.
Al salir de la plaza, ante un café con amigos, dijo: “Doy por terminada mi carrera taurina…”
Con Ignacio Sánchez Mejías, íntimo de Joselito el Gallo, les dejo. Con su figura poliédrica a cuya muerte Federico García Lorca, gran amigo, le escribiera:
“A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde….”
Muchas gracias.