«Es absolutamente comprobable: el toro cuatreño de marzo -y más aún el
de febrero, como los que se han lidiado este año en Castellón- da menos
juego que el que sale al ruedo de primavera en adelante. Es éste el
toro temprano, el que, salvo raras excepciones, se embarca, más o menos
rematado pero sin haber asimilado aún los kilos necesarios para pasar
el fielato de los veterinarios y los presidentes, gordito pero no
cuajado ni realmente desarrollado (…)».
Artículo completo de Paco Aguado (6toros6, nº 717, 25 de marzo) en archivo adjunto.