«La vaca era seria, de unos ocho años y muy astifina. Después del
saneamiento abrimos la puerta y la vaca se fue a unos doscientos metros
con el resto de vacas ya seneadas. Pero cuando nadie nos lo esperamos,
la vaca volvió y me cogió desprevenido. La cornada fue en la primera
voltereta, luego me dio una paliza pero entre el mayoral y los vaqueros
lograron quitármela de encima».
Son declaraciones de D. Tomás Prieto de la Cal a Burladero.es tras sufrir una cornada de 15 cm. en la zona perineal cuando realizaba labores de campo en su ganadería, hace unos días.
Desde la UCTL le deseamos una pronta recuperación.