El diario catalán La Vanguardia publicó ayer un extenso reportaje en el que dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya apoyan los correbous, festejos taurinos populares que tienen una gran tradición el zona del norte de Catalunya. Dado el interés, reproducimos íntegramente –acogiéndonos al derecho a la cita– este magnífico reportaje:
Toros republicanos
Dirigentes de Erc en Tarragona apoyan la tradición taurina frente a los recelos de Barcelona
JORDI MARSAL – 17/10/2004
TORTOSA
Durante varios fines de semana de invierno, Gervasi Aspa y sus amigos se desplazan hasta los Ports para contemplar y alimentar a los toros bravos que pastan en las montañas. Los mismos animales que, durante las fiestas mayores veraniegas, pueblan las plazas y calles de más de una veintena de pueblos de las Terres de l´Ebre que celebran actos con toros.
Aspa es presidente de la Federació de les Terres de l´Ebre de ERC y teniente de alcalde en Deltebre, su población. Es un amante de los correbous y no lo oculta, consciente de que su posición contrasta con las iniciativas que su propio partido toma en Barcelona en referencia a la protección de los animales. «No nos pondríamos de acuerdo. Ahora que estoy en la ejecutiva, quiero hablar del asunto con Jordi Portabella», señala entre risas.
«Me gustan los bous. Además suponen un nexo de unión de todo el pueblo: estamos siete u ocho días sin divisiones políticas y familiares en una sociedad individualista como la del Delta», esgrime. Dice Aspa, además, que a diferencia de décadas pasadas los animales que participan en los festejos están «bien cuidados», «viven en completa libertad» y que, de no ser por los correbous,»sería una especie extinguida ya hace años». En su opinión, la tradición de las fiestas con bous en la zona arrastra un componente «popular y mitológico»: «Hay un punto de peligro y tragedia que tanto nos gusta a los mediterráneos». ¿Sufren los animales? «Sí. Pero por qué razón no se meten también con la hípica o con las granjas modernas?».»Comprendo a Portabella, pero en Barcelona aún se matan toros, zanja.
La sensibilidad respecto de los bous en el partido en las Terres de l´Ebre es diversa en contraposición a la fiebre reguladora del partido en Barcelona, donde proliferan casi a diario iniciativas para limitar legalmente los espectáculos y el maltrato a los animales.
Oscila entre los acérrimos defensores de la tradición, los que la mantendrían con matices o restricciones y los que, por temor a que su opinión sea objeto de rechazo en las urnas, simplemente la ocultan. Es prácticamente imposible encontrar militantes que manifiesten públicamente su oposición a estos actos.
Así lo reconoce también Xavier Perelló, militante de Sant Jaume d´Enveja.»Es un tema muy delicado y puede tener costes políticos», asegura. A él no le gustan los bous y «prohibiría el bou capllaçat y embolat, pero no los bous de plaza, a los que no se infligen daños». Para Perelló, que acude a las meriendas que se organizan con motivo de los actos con toros -«es una especie de ritual», afirma-, la sociedad de las Terres de l´Ebre «no está preparada para hacer lo mismo que en Barcelona», y apuesta por fomentar actos alternativos paralelos a los taurinos dentro de las fiestas.
Algo en esta línea proponía un pequeño grupo de miembros de las JERC años atrás, cuando desplegaron una pancarta que reclamaba más actos culturales en medio de un acto taurino en las fiestas de Amposta. Tuvieron que salir por piernas para evitar agresiones. En cambio, en las últimas municipales figuraba en la lista republicana en Amposta Jordi Matamoros, joven conocido por embolar toros (acción de colocar a los animales una estructura metálica con dos bolos de brea sobre la cabeza, a las que prenden fuego). Después de que la organización de ERC se ofreciera inicialmente a La Vanguardia para contactar con Matamoros, los dirigentes locales se retractaron y trataron de evitar la entrevista (escudándose en la condición de independiente del joven). A pesar de las insistentes llamadas telefónicas fue imposible contactar con él.
Alfons Montserrat, concejal en Alcanar, se muestra partidario de mantener la celebración de actos taurinos que compatibilicen «tradición y modernidad, con el respeto por los animales». Montserrat, que asiste habitualmente a los bous de su pueblo («pero soy del sector de la barra, no bajo a la plaza»), considera que la realidad de las Terres de l´Ebre y Barcelona son «diferentes» y destaca que la fiesta ha ganado en «civismo» en los últimos años. Por su parte, el concejal tortosino Lluís Martín Santos, que asegura que no le gustan estos actos taurinos, entiende que forman parte de la tradición de las Terres de l´Ebre y cree que es injusto centrar las críticas en los correbous, «cuando no se hace lo mismo con las corridas en las que el toro es maltratado sistemáticamente y se le da muerte salvajemente». «En una sociedad democrática, deberíamos hablar globalmente del asunto», zanja.
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