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Evaluación estandarizada de la bravura
*Este trabajo ha sido promovido por la ganadería de D. Manuel Pío García Fernández-Palacios.
Autores:
Rodrigo García González-Gordon. Doctor en Psicología y Ganadero.
José Almenara Barrios. Profesor Titular de Bioestadística. Universidad de Cádiz.
Jesús Valdés Merello. Inspector Técnico Veterinario de la UCTL.
Jose Ignacio Navarro Guzmán. Catedrático de Psicología. Universidad de Cádiz.
Luis Salvador Carulla. Profesor Titular de Psiquiatría. Universidad de Cádiz.
Rafael Fernández Rivero. Cardiólogo. Hosp. Univ. Puerta del Mar. Cádiz.
Escala para la Evaluación de la Bravura
Concretamos así el objetivo principal de este trabajo que consiste en diseñar una escala estandarizada para la evaluación de la bravura, que posibilite en primer lugar a los ganaderos llevar a cabo una selección sometida a criterios de calidad científicos. En segundo lugar esta escala podría facilitar a los investigadores información fiable sobre la que poder realizar estudios longitudinales (en el tiempo) sobre cómo se heredan los caracteres, tanto los caracteres físicos y los comportamentales por separado, y de qué manera se relacionan, es decir en qué medida se corresponde unas características físicas determinadas con el comportamiento.
Por último y de manera paralela, los que se inician en la afición taurina podrían contar con una guía didáctica sobre los comportamientos relacionados con la bravura que se buscan en la tienta y en la lidia.
La escala contempla por separado los aspectos morfológicos y los comportamentales. Por lo que se refiere a los aspectos físicos, se han confeccionado dos fichas para evaluar y registrar las características morfológicas, una para los machos y otra para las hembras. Las fichas recogen aspectos relacionados con: (I) la cabeza (proporción, longitud, anchura de sienes, perfil frontonasal, pelos frente, hocico y ojos). (II) Los cuernos (color, inserción, mazorca, longitud, dirección pitones, dirección cepa-pitón, cuna, grosor pitón y forma del cuerno). (III) Cuello(inserción cuello-cabeza, longitud cuello, papada y badana). (IV) Tronco (pecho, caja torácica, altura a la cruz, línea dorso-lumbar, lomo y vientre). (V) Grupa (nacimiento cola respecto al sacro). (VI) Cola (anchura de cola, longitud de cola con relación a los corvejones). (VII)Extremidades (anteriores, posteriores, radios óseos distales, articulaciones carpianas y tarsianas y pezuñas). (VII) Cuerpo (proporción y tamaño corporal).
Con relación a los aspectos comportamentales, los pasos seguidos en el diseño de la escala han sido los siguientes: (I) En primer lugar se realizó un inventario sobre los comportamientos positivos y negativos del animal durante la tienta. (II) En segundo lugar se concretó un inventario exhaustivo sobre todos los comportamientos observables durante la tienta y la lidia. (III) En una tercera fase, se establecieron una serie de dimensiones de las que consta la bravura, concretándose algunos indicadores específicos para poder cuantificarlas.
Tras revisar la literatura y preguntar a un buen número de ganaderos, toreros, mayorales y aficionados, constatamos la dificultad que conlleva definir qué es la bravura, Llegando a la conclusión de que la bravura es un concepto multifactorial que engloba ocho dimensiones. Así, un toro bravo se caracteriza por la persistencia de su atención en los estímulos visuales y auditivos que se le presentan (1. Fijeza), debiendo mantener un nivel de actividad constante pero sometida a unos ritmos y pausas (2. Movilidad).
Para facilitar la evaluación, consideramos conveniente distinguir entre la acometividad y la embestida. La (3. Acometividad) se refiere a la arrancada, es decir, la primera parte de la embestida. El concepto propiamente de embestida lo hemos reservado para cuando el animal se encuentra dentro de la jurisdicción del lidiador, ya sea en el caballo (4. Embestida en el caballo) o en los engaños (5. Embestida en los engaños). Asimismo un toro bravo debe reunir requisitos de poder, vigor, robustez y resistencia, no cayéndose durante la lidia (6. Fuerza), una embestida recta y embebida en los engaños caracterizada por la claridad y franqueza (7. Nobleza) pero sin perder por ello la combatividad, el ímpetu, la codicia y en resumen, la (8. Fiereza).
Estas variables o factores se puntúan mediante un Escala Likert, en la que el observador puede señalar actitudes favorables o desfavorables sobre la característica que esta evaluando (Argimón y Jiménez, 1991). Generalmente hemos empleado cinco alternativas, que van desde el total acuerdo hasta el total desacuerdo. La puntuación más alta es para la aceptación de las actitudes consideradas como positivas, de tal forma que una vaca, por ejemplo, que durante la tienta: acuda donde la llaman, mira con atención al caballo, atiende a la voz de los lidiadores, mira con atención a los engaños, no escarba ni se distrae alcanzara una puntuación de 5 (máxima) en la variable 1.fijeza. Dichas puntuaciones permiten crear indicadores estadísticos; medias, proporciones, etc. Que nos servirá para clasificar a los animales y compararlos, dando además índices sumarios del estado de la ganadería.
El uso de una única puntuación para caracterizar a un individuo (animal bravo en nuestro caso) es una estrategia muy atractiva que puede tener sus peligros que se tendrán que evaluar en la fase de análisis de los resultados.
Esta escala provisional la hemos utilizado hasta el día de hoy para registrar el comportamiento de 86 vacas durante su tienta que paralelamente ha sido grabado en vídeo. En este proceso se ha comprobado la utilidad práctica de la escala, la facilidad de uso que tiene y se han ido variando y reformulando múltiples ítems.
El estudio de viabilidad continuará hasta obtener una escala definitiva que se utilizará para registrar el comportamiento de una muestra compuesta por 150 vacas. El tentadero de esta 150 vacas será grabado en vídeo de manera íntegra. Un primer evaluador puntuará el comportamiento de las 150 vacas primero in vivo y luego sobre la base de la videograbación. La concordancia obtenida entre las puntuaciones de un mismo evaluador en dos momentos diferentes nos proporciona la fiabilidad test-retest. Esta concordancia se mide a través del estadístico Kappa, que mide la concordancia obtenida entre dos puntuaciones una vez eliminada la concordancia atribuíble al azar (Kramer y Feinstein, 1981; García González-Gordon, 2001).
Este mismo índice se utilizará para calcular la fiabilidad interevaluadores, que se obtendrá comparando la concordancia entre las puntuaciones obtenidas por dos evaluadores distintos durante el tentadero in vivo.
El estudio de validez de la escala se efectuará mediante el teorema de Bayes, comparando las puntuaciones obtenidas mediante el sistema estandarizado de estos dos evaluadores, con las de un tercer evaluador a través el sistema tradicional. Este tercer evaluador será un ganadero muy experimentado, cuyo criterio servirá como patrón de comparación o patrón oro.
Para completar el estudio de validez, utilizaremos asimismo los resultados procesados por un software diseñado para el análisis del comportamiento animal y humano. Este programa, que se caracteriza por una gran sofisticación, ha sido elaborado por una universidad de EEUU, disponiéndolo en la actualidad el Departamento de Psicología de la Universidad de Cádiz. Sobre la base de la grabación digital del tentadero y definiendo previamente los parámetros adecuados de observación, este programa permitiría, por ejemplo, cuantificar el número de pases que se le han dado a una vaca, cuántas veces ha metido la cabeza, cuántas veces ha salido suelta etc. Toda esta información nos será de gran ayuda para seguir avanzando en el estudio de la bravura.
Conclusión
Como resumen de los expuesto, subrayar que las limitaciones del sistema tradicional por el que los ganaderos evalúan y registran el comportamiento de las vacas durante la tienta y de los toros durante la lidia, nos han llevado a formar un grupo de trabajo multidisciplinar con el fin de diseñar una escala estandarizada para la evaluación de la bravura, que está siendo sometida a unos criterios estrictos de calidad.
Una vez cumplidos estos criterios de calidad, esta escala podría permitir a los ganaderos llevar a cabo una selección más válida y sistemática, proporcionado a su vez a los investigadores información objetiva y fiable sobre la que basar los estudios sobre la heredabilidad de los caracteres, tanto los físicos y los comportamentales por separado como de manera relacionada. Finalmente, esta escala también podría servir para fomentar y divulgar la afición al mundo de los toros, facilitando a los que se inician una mejor comprensión de un comportamiento tan complejo y fascinante como es la bravura del toro de lidia.
Nota: Las fotografías que aparecen en este artículo pertenecen al archivo de la ganadería de D. Manuel García Fernández-Palacios.
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por Rodrigo García González-Gordon. Doctor en Psicología y Ganadero.[20/05/2003]
Fotos: Archivo de D. Manuel Pío García Fernández Palacios