La segunda corrida de la Feria de San Isidro registró un giro de 360 grados cuando «Guitarrero» se hizo presente en el ruedo. Un toro de hechuras eminentemente asaltilladas, que ha dejado escrita una magnífica página en la historia de la plaza de Madrid. Bravo de principio a fin, tomó el capote de El Cid con enorme clase y haciéndolo en todo momento con la cara muy humillada. Después, en el tercio de varas, tomó dos puyazos: uno más cercano a la primera raya y otro mucho más alejado, con fijeza, avidez, alegría y galope; y, ya en el peto, empujó con la cara abajo y de forma muy enclasada. «Guitarrero» fue a más y su matador comenzó la faena de muleta ofreciendo mucho terreno, por el que se vino el de «Hernández Plá» con prontitud, galope y, sobre todo, rozando con el hocico la arena de Las Ventas. Toro y torero reunieron un gran conjunto, que sólo fue empañado porque Manuel Jesús «El Cid» falló con la espada un triunfo grande. «Guitarrero», marcado con el número 47, nacido en agosto de 1997, de pelo cárdeno, bragado y meano, pesó 521 kilos y obtuvo el premio de la vuelta al ruedo. Premio grande para un toro bravo que ya es firme candidato a todos los jurados que otorgan el premio al toro más bravo de la Feria de San Isidro 2002.
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